Los investigadores han descubierto que practicar durante mucho tiempo y jugar bien no son necesariamente lo mismo. Además, sorprendentemente el número de veces que se toca correctamente una pieza durante la práctica no guarda relación con el resultado final. En cambio, cuantos más errores se cometen durante la práctica, peor tiende a ser el rendimiento final. Aquellos que tienen una mayor proporción de jugadas correctas durante las sesiones de práctica tienden a obtener mejores resultados en la evaluación final.

De aquellos que obtienen puntuaciones más altas, los investigadores han identificado ocho características clave de la práctica:

✔ Pasan rápidamente de ejercicios con una sola mano a ambas manos juntas.

✔ Muestran signos tempranos de comprensión musical a través de variaciones de tono.

✔ Participan en una práctica reflexiva, haciendo pausas para mirar la partitura, tararear, anotar o vocalizar su comprensión.

✔ Se detienen inmediatamente para corregir los errores cuando ocurren.

✔ Los errores se destacan rápidamente cuando ocurren.

✔ La ubicación y las causas de cada error se identifican, ensayan y corrigen claramente.

✔ Las variaciones rítmicas en cada segmento de actuación son sistemáticas, lógicas y rastreables.

✔ Repiten segmentos hasta que corrigen los errores y pueden reproducirlos de forma consistente, evitando así mayores errores en posteriores sesiones de práctica y evaluaciones finales.

"Cómo manejar los errores" es la clave entre estas características.

Los investigadores han descubierto que entre los tres mejores, el proceso de "cómo manejar los errores" es crucial. La lógica detrás de esto es que los mejores pianistas no son aquellos que cometen menos errores inicialmente, haciendo que el aprendizaje sea sin esfuerzo. Más bien, abordan eficazmente los errores para evitar que se repitan, lo que resulta en una mayor proporción de jugadas correctas durante la práctica.

En términos específicos, ¿cómo superan los errores? Algunas personas practican las manos por separado, mientras que otras dividen la música en secciones. Sin embargo, independientemente del método, todos comparten una característica común: la desaceleración. Los mejores, cuando cometen errores, dudan, reducen la velocidad, pero repiten continuamente hasta detenerse en el punto donde ocurrió el error. Esto parece ayudarlos a desafiar las partes problemáticas con mayor precisión, reconstruir el desempeño corregido a un ritmo manejable, en lugar de repetir continuamente errores sin identificar el problema.